Mates caseras

El otoño nos dejó muchos regalos que continúan con nosotros: avellanas, castañas, bellotas… y a los que les hemos sacado un gran partido.
Ahora que hemos tirado del hilo de los números, queremos compartir estos materiales caseritos.
Acompañamos las lecturas con números con muchas actividades para contar, clasificar, seriar, componer y descomponer cantidades. Estas lecturas forman parte de manera indispensable en nuestros aprendizajes.
Con avellanas:
Pintamos con témperas el culete de las avellanas de diferentes colores.
Utilizamos diez colores diferentes, y asignamos a cada color una cantidad de avellanas determinada del uno al diez: una blanca, dos verdes, tres azules…
Con unas tarjetas de números del uno al diez que andaban rondando de caja en caja, las reutilizamos para asociarlas a este juego con avellanas. Además de las posibilidades de jugar contando sólo con los frutos, casándolos con las tarjetas ampliamos las experiencias.
Asociamos las tarjetas a la cantidad de elementos, buscamos el número de frutos que indican las tarjetas y además, escribimos en un papel los números y la cantidad de avellanas.
Sólo nos queda decorar un poco una caja pequeña para guardar en ella las avellanas cuando hayamos terminado de jugar y aprender.

Con castañas:

Ahora están un poco más apagadas, pero siguen siendo útiles. ¿Cómo?
Perforamos cada castaña con un punzón largo para atravesarlas con un hilo de plástico de color .
Hacemos collares con diferentes cantidades de castañas. Jugamos a contar, a escribir el número, a ordenar de mayor a menor, de menor a mayor, a sumar cantidades con otro collar…

Con bellotas:

De ellas, aprovechamos el gorro o boina de la bellota para este juego de números.
Pintamos los gorros con témperas de color y cuando estén secos, quedarán mejor si los barnizas pues no se desteñirán con el uso o el agua.
Recopilamos tapas de los botes de cristal que pintamos por la parte inferior. En cada tapa escribimos un número.
Repartimos las tapas a un grupo de niños, que juntos deberán poner en ellas el número de gorros de bellota que se indican. También lo hacemos de manera individual.
Nos gusta contar una pequeña historia, en la que cuando aparece un número, hay que colocar las boinas en la tapa que le corresponde. Una historia que puedes inventar sobre la marcha:
Había una vez, un pequeño zorro que llevaba en el bolsillo del pantalón siete piedras, (hasta que no se terminen de colocar bien los elementos no se continúa). Eran unas piedras maravillosas que cuando les daba la luz, se hacía el arco iris.
Cuando llegó a casa, sacó las piedras y vió que solo tenía cuatro (colocar las boinas en las tapas), y descubrió que tenía un agujero en el bolsillo…
La historia continúa hasta donde tú quieras.
Cuando terminamos de jugar, guardamos los gorros de bellotas en una caja de chicles que hemos decorado con números .
Los repuestos de casi todos estos juegos puedes encontrarlos en las tiendas de alimentación o esperar al otoño siguiente y salir al campo a recogerlos, pero hay tantas otras cosas a nuestro alrededor que podemos reutilizar.. que busquémoslas..

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